martes, 18 de marzo de 2008

Con sabor a victoria


Hamilton ganó cómodo, compartió podio con Heidfeld y Rosberg, y KO de los dos Ferrari.
Alonso superó adversidades y aprovechó los momentos favorables para cruzar cuarto.
Paseo y control total de Lewis Hamilton, debacle de Ferrari y 'milagro' de Fernando Alonso, que acabó cuarto, detrás de Nick Heidfeld y Nico Rosberg, tras robarle la cartera por dos veces a Kovalainen. Con sabor a victoria. Éste es el rápido resumen de la carrera inaugural del Mundial 2008, disputada ayer en Melbourne. Pero ello no reflejaría las circunstancias de un GP que fue caótico, marcado por los abandonos, tres actuaciones del safety car, el incidente múltiple de la salida, varias averías mecánicas y un número inusual de abandonos. Sólo siete coches –Barrichello sería después excluido– atravesaron la línea de meta.
La salida fue una auténtica ceremonia de la confusión, en la que los pilotos que no erraron sacaron tajada. Era un día para los listos. Y esos no fueron otros que el ganador, Hamilton, y Alonso, pero también Heidfeld y Rosberg.
El asturiano salió a jugar la única baza que tenía: atacar sin descanso. Y tuvo su merecido premio, ya que en las diez últimas vueltas pasó de la impotencia de un décimo puesto a las puertas del podio aprovechando un cúmulo de circunstacias favorables y dos adelantamientos antológicos sobre Kovalainen, que le abrieron las puertas de un resultado que parecía imposible a diez vueltas del final.
Un cuarto puesto que desprende un cierto olor a hazaña, que no debe ocultar la realidad: que Renault está a la altura de un pelotón que lucha por la séptima plaza y que es más numeroso de lo que parecía, ya que a Renault, Red Bull y Williams se les han añadido Toro Rosso, Toyota e incluso Honda, con un nivel parejo a aquellos.
Lewis escapa a la debacle
En cabeza, Hamilton no tuvo más problemas que no cometer errores. Kubica intentó seguirlo como una sombra, pero tras los primeros compases fue cediendo distancia conforme el británico iba empalmando vueltas rápidas.
Detrás, la carrera resultó afectada por la presencia en tres ocasiones del safety car. La primera, justo tras la salida, apenas afectó. Las otras dos (accidente de Coulthard provocado por un adelantamieto de Massa y el de Timo Glock en solitario) permitieron un cambio total de la situación. Fue ahí donde Heidfeld sorprendió a Rosberg y donde Kubica fue pillado a contrapié y quedó apartado de una segunda plaza por la que habría peleado hasta el final. El polaco abandonó, embestido por Nakajima, que pagará la osadía con diez plazas perdidas en la próxima parrilla de salida.
Debacle Ferrari
Se esperaba el duelo Ferrari-McLaren. No hubo tal. Raikkonen salía muy retrasado y Massa se autoeliminó de las primeras plazas al perder el control en la primera vuelta y tener que entrar a boxes. Con todo, Raikkonen dejó constancia de la eficacia del Ferrari. En una clima imposible por el calor aguantó la primera mitad de carrera con neumáticos blandos, a una sola parada. Quizás hubiera logrado podio de no haber roto el motor, cuando Alonso y Kovalainen lo superaron.
BMW, tercera fuerza del Mundial, a punto estuvo de lograr un doble podio. Están más cerca de la cabeza de lo que muchos pensaban. Y Rosberg comienza a concretar las promesas y virtudes anunciadas con su primer cajón. Heidfeld y Rosberg salieron beneficiados por los safety car, lo contrario que Kubica o Kovalainen.

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