domingo, 8 de mayo de 2016

Manita al Espanyol y a una jornada del titulo dependiendo de nosotros mismos

El FC Barcelona resolvió el derbi contra el RCD Espanyol con una 'manita' y dependerá de sí mismo en la última jornada, en Granada, para reeditar el título

 

Ni 'Tamudazo' ni 'Caicedazo'... 'Tridentazo' y ''Manita'. Los que auguraban una debacle blaugrana al estilo de hace nueve años, en plena descomposición del Barça de Ronaldinho, se quedaron con las ganas. El FC Barcelona no falló y se planta en la última jornada dependiendo de sí mismo para reeditar el título de Liga.
La resistencia del Espanyol se acabó cuando Leo Messi decidió rendir su particular homenaje a Manel Vich. "Bona nit a tothom, i benvinguts al Estadi": Golazo por toda la escuadra y a pensar en el Granada, que recibirá al FC Barcelona ya salvado.
Por mucho que el FC Barcelona haya llegado a este final de temporada escaso de gasolina y con poca chispa, los pupilos de Luis Enrique enviaron un mensaje muy claro: se acabaron los regalos; esta Liga no se escapa.
El FC Barcelona empezó titubeante, ante un RCD Espanyol que salió a marcar territorio, con una durísima entrada de Hernán Pérez sobre Javier Mascherano que Gil Manzano no consideró ni cartulina amarilla.
Los titubeos duraron exactamente ocho minutos. Los que necesitó Messi para transformar con su maestría habitual la primera falta al borde del área del encuentro. Pau López voló todo lo que pudo para repeler el cuero, pero no pudo evitar que éste se alojara en su portería.
El meta del Espanyol había calentado el derbi proclamando que el título fuera a manos de Real Madrid o Atlético y acabó goleado y comiéndose un gol, el de Rafinha, para regocijo de la afición culé. Mala tarde para Pau.
El tanto espoleó a un Barça que pudo dejar el derbi sentenciado en los minutos siguientes... si Gil Manzano no se hubiera empeñado en darle emoción al asunto.
El colegiado extremeño anuló un gol absolutamente legal a Rakitic por un fuera de juego inexistente que rompía Víctor Álvarez, tendido en el suelo tras abortar el primer disparo de Messi. Y después se tragó un penalti clamoroso sobre el propio Messi, por una zancadilla indiscutible de Rubén Duarte, que elevó la pierna hasta derribar al argentino. La acción fue ante los mismísimos morros de Gil Manzano, que miró para otra parte.
Con todo, el Barça no elevó el discreto nivel de los últimos encuentros y eso dio alas a un Espanyol que puso a prueba tímidamente a Ter Stegen con un disparo flojo de Caicedo y una salida titubeante del meta alemán que tuvo que acabar resolviendo Gerard Piqué.
Paralelamente, la defensa blanquiazul decidió sacar las uñas para mantener a raya al ataque blaugrana y las cartulinas amarillas empezaron a caer.
El descanso sirvió para serenar los ánimos y para que Luis Suárez, casi inédito durante el primer tiempo, apareciera. El delantero uruguayo dejó cerrado el derbi con dos goles en nueve minutos. El primero, tras una asistencia 'made in Messi' y el segundo, al cabecear un córner botado por Rakitic. Suárez aprovechó para pasarle factura a Pau López, con el que había tenido un rifi-rafe en la primera parte.
Luis Enrique aprovechó la placidez del encuentro para reservar fuerzas. Salieron Mathieu, que reaparecía después de 37 días, Arda Turan y Rafinha. El hispano-brasileño y Neymar culminaron la 'manita' en un derbi que no tuvo historia. Este Espanyol no estaba para muchos 'Tamudazos' y no pudo evitar que el Barça esté más cerca del título.

sábado, 30 de abril de 2016

Sembrando dudas en el Villamarin

Un error de Adán encarrila el sufrido triunfo del Barça sobre un Betis que jugaba con diez.

 

 

En la segunda mitad, por la mínima y con mayor o menor agonía. Así ganaron. Ninguno de los tres primeros falló y la vida sigue igual en la Liga, aunque los tres se han dejado toneladas de desgaste físico y anímico en la antepenúltima jornada. Por lo mucho que tuvieron que correr y por lo mucho que sufrieron. El Barça fue quien puso antes en franquicia el marcador (m. 49), con la ventaja de jugar contra diez, y volvió a casa con el mejor resultado. Una anécdota, porque emitió sensaciones preocupantes que en anteriores partidos quedaron camufladas por las goleadas.
Pero poco importa ya el juego a estas alturas, aunque sea el medio elegido, sobre todo por el Barça, para lograr el resultado. Poco ofreció, pero fue suficiente para batir a un Betis lejos de ser aquel equipo carismático. Es una calamidad que bastante ha hecho con salvarse. Claudicó como en las anteriores visitas azulgranas, pero está muy lejos de ser quien era. Tampoco el Barça es quien fue, pero con mejores jugadores, mucho mejores, anda en la otra punta de la tabla y peleando por el doblete.
Con el mismo equipo del triplete trata de conseguirlo Luis Enrique. Un año después, la nómina es la misma. El entrenador repite la alineación que le coronó la temporada anterior, día tras día, con el once que se recita como el abecedario sin contemplar ninguna variante. Una prueba evidente de la poca confianza que tiene a partir del duodécimo jugador de la plantilla. Ni para espabilar a nadie ni para elevar el nivel con la entrada de aire fresco que ventile el equipo, necesitado de alguien que rompa la monotonía.

EL CUARTO DELANTERO

El gol de Rakitic (el cuarto delantero de la plantilla en eficacia con los siete goles de la Liga) fue un regalo del Betis. No había chutado el Barça hasta entonces, salvo en un tímido disparo de Neymar, al que no se le advierte ningún tipo de tensión. Juega igual en la jornada 36 que en la 3 o la 15, como si no la imperiosa necesidad de marcar primero y lucirse después. La actitud, precisamente, de Luis Suárez, a quien se le ha puesto a tiro la presa del Pichichi, con Cristiano tumbado en la camilla, y no lo dejará escapar.

Messi se puso al frente del equipo y, como siempre, le cedieron el honor de que les salvara la vida

Neymar es la antítesis de la estampa que exhibe el equipo, atenazado por la presión. La de los resultados ajenos, fundamentalmente, y la del reloj, que aceleró desde el primer saque de centro porque cada vez que se paraba el juego se iban por el desagüe decenas de segundos. Adán quería «joder» la Liga al Barça. No lo hizo con las paradas, su teórica función, sino por las reiteradas pérdidas de tiempo sin disimulo alguno hasta que regaló el 0-1.

EL PORTERO QUE NO PARA

Adán no paró porque no tuvo nada que parar, así que su responsabilidad en la agonía del Barça fue parcial. Él cumplió las órdenes de su entrenador, y nada se le puede reprochar más allá de su falta de nobleza en el juego. Más torpe para los intereses del Betis se reveló Westermann con dos absurdas faltas que le expulsaron muy pronto del partido y suavizaron el drama en que se convertía el partido hasta que Messi se puso manos a la obra. De sus pies salieron los goles. No los marcó, sino que los fabricó, con dos asistencias fabulosas.
Verse contra diez animó a un Barça que estaba al borde del ataque de nervios, más por el miedo que invadió al Betis que por el juego de los azulgranas, plano y romo como un amistoso de pretemporada. Ante un rival encerrado atrás, sin ningún interés superior al de conseguir el puntito matemático de la salvación, no hubo ni una miserable pizca de ingenio, de chispa entre los barcelonistas.

SIN PROFUNDIDAD

De la verticalidad, mejor ni hablar. Tan breve como los pases de Messi, el ingenio en persona. Abandonó la banda, con el consiguiente alivio de Montoya, y se colocó en el centro para dirigir las operaciones. su intervención liberó a todos. Como siempre, le cedieron el honor de que les salvara la vida.

El Betis, sin ninguna pretensión, solo se preocupó excitar la ansiedad azulgrana defendiendo el 0-0

Hasta entonces, el equipo movía el balón de lado a lado, sin ninguna profundidad. Solo provocó hastío y cansancio en el Betis, que se sintió protagonista de algo heroico por la presión de la hinchada, que se puso a jugar ante la ausencia de sus futbolistas: chilló, protestó, tarareó el himno español, coreó al Atlético y cantó «campeones, campeones» con toda la ironía del mundo a los culés. Lo son, y casi seguro que lo serán, aunque no lo parecieran.




domingo, 24 de abril de 2016

Nuevo Poker de Suarez que pulveria al Sporting

Luis Suárez destroza al Sporting con otro póker estelar

 

Solo la falta de pegada del Sporting y alguna que otra decisión de Clos Gómez permitieron que el Barça salvara las muebles en uno de los partidos con menos tensión de esta temporada. La remontada del Real Madrid frente al Rayo o la victoria apurada del Atlético contra el Málaga no sirvieron de acicate para un conjunto azulgrana que jugó a sumar los tres puntos con la ley del mínimo esfuerzo.
Luis Enrique mantuvo de inicio su confianza ciega en el once tipo consolidado en la Liga -con permiso de Sergi Roberto en lugar de Dani Alves-. El técnico sabe que no está en condiciones de hacer una sola concesión y el Sporting se encargó de darle la razón casi desde el minuto 1. Entre otros motivos porque la primera gran ocasión de gol es de Menéndez que, en inmejorable posición, conecta un tímido remate a manos de Bravo.
Generoso regalo asturiano que Messí sí rentabilizó en una acción rocambolesca en el minuto 12. Luis Suárez incordió a Cuéllar en un mal rechace que Leo sacó provecho con un cabezazo.
Todo parecía encarrilado, todo iba encaminado a un partido plácido, idóneo para recuperar viejas sensaciones en el Camp Nou. Nada más lejos de la realidad. El tridente presionaba desorganizado, Iniesta acumulaba más errores de la cuenta en el pase y la defensa permitía que el Sporting llegara a la frontal del área con más facilidad de la cuenta. Otro disparo de Menéndez desviado y una acción de Isma López al borde descanso que Mascherano y Piqué desviaron cuando se cantaba el empate evidenciaron las debilidades del Barça. Por cierto, el Sporting reclamó manos de Gerard.
Un punto y aparte para Neymar en el primer tiempo. El brasileño sigue negado en casi todas sus facetas. Su primera intervención de mérito no llegó hasta el minuto 40, aunque su asistencia no fue culminada por Luis Suárez. Segundos después, un mano a mano con Cuéllar acabó con una pésima definición impropia del brasileño. Incluso se oyeron tímidos pitos en la grada del Camp Nou.
El Barça pareció entender que estaba jugando con fuego, apretó en la reanudación y rápidamente generó un carrusel de oportunidades de gol. Messi, el negado Neymar e incluso una 'zamorana' de Vranjes, que Clos Gómez decidió no sancionar con penalti, fueron la antesala de la sentencia. Leo parió la jugada, Iniesta puso la calidad en el pase y Luis Suárez, el instinto goleador. Gol y promesa solidaria cumplida en su apoyo a la enfermedad del PKU.
El resto de la noche presentaba dos alicientes: la recuperación de Ney y la consolidación del pichichi de Luis Suárez. El uruguayo está en estado de gracia e incluso los penaltis han dejado de ser un problema para el Barça. En solo cuatro minutos, el colegiado Clos Gómez sancionó dos penas máximas contra el Sporting. Luis Suárez, con una maestría no vista hasta la fecha, consolidó otro hat trick y afianzó su condición de Pichichi provisional con 34 goles. Cristiano Ronaldo queda relegado con 31.
Nada mejor que los goles de última hora para calmar los ánimos de un Camp Nou que acabó coreando a los jugadores e incluso se atrevió con la ola. Abelardo, por su parte, se limitó a dar descanso a alguno de sus jugadores, dar por perdido el partido y encenderse con el arbitraje de Clos Gómez. El 5-0 de Ney, obra del tercer penalti de la noche, fue delirante. Pésima actuación del colegiado aragonés.

miércoles, 20 de abril de 2016

Golpe en la mesa del Lider,y Poker de Suarez

Póquer de Suárez para apostar al 'pleno al 15' Un roto al Depor para romper la racha de tres derrotas seguidas en el primer 'match ball' por la Liga.

El FC Barcelona ha vapuleado al Deportivo de La Coruña (0-8) en Riazor y ha acabado con la mala racha de cuatro partidos sin ganar y con tres derrotas consecutivas de una forma autoritaria y mostrando una efectividad goleadora que brilló por su ausencia en jornadas anteriores, con un 'póquer' de goles y un 'hat-trick' de asistencias de un brillante Luis Suárez que lideró la apuesta al 'pleno al 15' del líder.
Los blaugranas necesitaban ganar para seguir dependiendo de ellos mismos al estar empatados a puntos con el Atlético de Madrid y con solo un punto de margen sobre el Real Madrid. Llegaban a Riazor inmersos en una muy mala dinámica reconocida hasta por Luis Enrique y con mucha dificultad para marcar; y se fueron con 0-8.
Acabaron con todos los fantasmas de golpe y el tridente volvió a atinar. Un excelso Suárez marcó cuatro goles y dio otros tres, uno a Ivan Rakitic, otro a Leo Messi y otro a Neymar. El tridente contento de nuevo, cosa que hacía mucho que no sucedía, y el Barça pone freno a una mala racha que iba camino de ser la peor de la última década. Se reafirma en el liderato y pone presión a 'colchoneros' y blancos al salvar el primer 'match ball'.
El primer 'póquer' de Luis Suárez con el FC Barcelona le valió, además de para seguir metido en la lucha por el 'pichichi' de la Liga, para superar al brasileño Ronaldo y sus 47 goles en una misma temporada con la camiseta blaugrana, pues ya suma 49. Suárez, que estaba siendo el más afortunado dentro de la poca puntería del tridente últimamente, atinó como nunca para sacar al Barça del bache y cumplir con creces en la primera de las finales que quedan en el campeonato.
Dominó por completo el marcador el Barça, no así el partido en sus minutos iniciales. Antes de la gran fiesta de reconciliación y de coger fuerzas de cara a sus siguientes cuatro finales en la Liga, el equipo sufrió en defensa. Sin su pareja de centrales habitual, y con el equipo con algo de miedo por lo sucedido en casa ante el Valencia (1-2), esta vez el equipo catalán se adelantó en el marcador pero el Depor tuvo varias opciones de empatar.
Perdonó dos claras opciones Borges, tampoco Lucas Pérez estuvo fino esta noche pese a ser de nuevo el hombre más peligroso para los de Víctor Sánchez del Amo, y además Claudio Bravo hizo bien su faena. Pero, con el paso de los minutos y el degoteo de los goles, sobre todo en una segunda parte donde el Barça apisonó al rival, se acabaron también esos errores.
Marc Bartra, en una de sus escasísimas opciones de ser titular fruto de la sanción de Gerard Piqué y de las lesiones de Thomas Vermaelen y Jérémy Mathieu, no solo estuvo bien atrás salvando el gol del empate con 0-1 en el marcador sino que logró marcar el 0-7 gracias a la fe. Recuperó un balón y empezó a correr hacia la portería del hundido Manu, aguantar la embestida de Sidnei y cruzar el balón para marcar. Fiesta y reivindicación.
Y es que volvieron al equipo Adriano, Rafinha con el alta, y descansaron Iniesta y Sergio Busquets antes de tiempo. Coge aire el equipo blaugrana en todos los sentidos y Luis Suárez acalló las bocas de quienes decían que había perdido el olfato. También Messi y Neymar, ayudados por el solidario '9', acabaron con sus malas rachas. Messi, además, logra su gol 501 como profesional dejando del todo claro que el gafe está caducado. Por su parte, un Deportivo dolido seguirá en media tabla pero sin poder dar por certificada su salvación.

lunes, 18 de abril de 2016

El Barça pulveriza su ventaja y siente el aliento de sus perseguidores

Barcelona perdió este domingo ante Valencia por la fecha 33 de la Liga BBVA en partido que tuvo como escenario el Camp Nou. Un punto ganado de 12 posibles ha posibilitado que Atlético de Madrid que derrotó 3-0 al Granada alcance en la tabla al elenco catalán mientras Real Madrid se ubica tercero a una escasa unidad de los punteros.
Tras las victorias del Atlético contra le Granada (3-0) y del Real Madrid ante el colista Getafe (5-1), el Barcelona estaba obligado a vencer al Valencia si no quería ver peligrar un título que tenía en el bolsillo hace un mes.
Ante el Valencia, siempre peligroso pese a su irregularidad, el Barcelona tenía una dura prueba, sobre todo teniendo en cuenta que aún dolía la eliminación del pasado miércoles en los cuartos de Champions League ante el Atlético.
En los primeros minutos, el equipo entrenado por Luis Enrique salió dispuesto a despejar todas las dudas y Luis Suárez, en dos ocasiones (7 y 11) y Neymar (12), tuvieron las primeras opciones, pero el arquero brasileño del Valencia Diego Alves respondió bien.
El Valencia avisó a los 17 minutos, con disparo raso desde la frontal de Rodrigo que se marchó pegado al palo, y concretó la sorpresa al filo de la media hora, cuando un centro del brasileño Guilherme Siqueira lo desvió Rakitic al fondo de su portería (27).
Los azulgranas no se vinieron abajo y Messi estuvo a punto de empatar de cabeza, pero Diego Alves volvió a salvar a su equipo (39).
Los grandes caen con estrépito. Si antes de la visita a El Madrigal se decía que sólo el Barcelona podía perder la Liga, tres semanas después los azulgranas están en ello.
Un punto de 12 en Liga y la eliminación europea retratan el desplome azulgrana, al que esta vez no le sirvió ni jugar bien ni poner actitud. Los errores puntuales, la falta de fe y la inspiración del Valencia, encarnada por Diego Alves, provocaron una derrota imprevista.
Cuando parecía que el partido llegaría con el 1-0 al descanso, el Valencia cazó al Barça en otra contra y anotó el segundo, por medio de Santi Mina (45+1), en una jugada en la que los levantinos bailaron a los barceloneses con un rondo gigante, el arma habitual del Barcelona.
El líder de la Liga BBVA asedió al Valencia en el inicio del segundo tiempo, ante un rival cada vez más retrasado, y logró abrir el marcador por medio de Messi (63), a pase de Jordi Alba, en el gol 500 en la carrera profesional del delantero argentino.
Barcelona, que ha sumado un solo punto de los últimos 12 posibles, ha visto como ha perdido en las últimas semanas su ventaja ante los dos equipos de la capital, que llegó a los 10 puntos sobre el Atlético y los 12 sobre el Real Madrid. Los tres puntos, por su parte, sirven al Valencia para certificar definitivamente su salvación (11º con 40).

miércoles, 13 de abril de 2016

El Barça dice Adios a la Champions en El Calderon

Dos goles de Griezmann y un error de libro del árbitro Rizzoli dejaron al FC Barcelona sin semifinales de Champions League. El campeón se fue tras un partido muy pobre.

 

No pudo ser. El FC Barcelona, vigente campeón, dijo adiós a las semifinales de la Champions League después de un partido que tuvo dos nombres propios: Griezmann y Rizzoli, el árbitro, que escamoteó un penalti de libro al Barça en tiempo añadido. El Barça, de todas formas, hizo un partido muy pobre, demasiado teniendo en punta a la MSN, en la que este miércoles solo brilló Suárez, y a ráfagas...
El Atlético, aclamado por su público, salió a comerse al Barça. Presionó muy arriba, cerró líneas de pase y creó las primeras ocasiones de gol. La primera de Gabi, pero su disparo con la zurda se fue arriba (m. 3). La segunda, de Carrasco, desde fuera del área, que blocó Ter Stegen (m. 4).
El Barça, sin embargo, empezó a tocar. Puso en práctica el rondo. Arriba y abajo, por el centro y la banda. El objetivo, desactivar al Atlético y su hambre. Enfriar el partido. Pero, con el balón en su control, el equipo local solo veía el marco azulgrana. Y Griezmann (m. 7), de cabeza, volvió a generar otra ocasión.
Pero el peligro para el Barça estuvo en las pérdidas de balón. El Atlético buscó el error de su rival para robar y salir a la contra con un gran número de efectivos. Lo consiguió en alguna ocasión, aunque los hombres de Luis Enrique hicieron gala de un gran control, de paciencia. De saber gestionar los tiempos sin ansiedad.
El partido entró en una fase en la que no ocurrió nada en las áreas. Toda la acción se trasladó en la zona ancha, con juego físico y de contacto. Faltas, caídas, una carrera de Messi en defensa para recuperar un balón a Carrasco... Pero el Barça sin dar sensación de peligro alguno. Solo un saque de esquina en el minuto 27 que atrapó Oblak.
El público reclamó penalti de Piqué a Carrasco, pero Rizzoli no picó y no pitó nada. En las imágenes de televisión se vio que no hubo nada. Sí hubo un agarrón de Godín a Suárez de la camiseta (m. 30) que vio el juez italiano, pitó falta, pero no mostró la tarjeta al defensa local. Insólito.
El primer disparo a puerta del Barça llegó en el minuto 33. Fue a raíz de una falta de Godín a Iniesta. Messi ejecutó el castigo, con la zurda, pero su lanzamiento se perdió por alto. No le dio el efecto correcto.

Gol de Griezmann

Poco después, gracias a la presión alta del Atlético, el equipo de Simeone encontró el camino del gol. Jordi Alba se quedó corto en un despeje en la banda y el esférico cayó a pies de Saúl Ñíguez, que centró a pie cambiado, de primeras, para que Griezmann, de cabeza, superara a Ter Stegen por su izquierda.
Hasta el final, dos acciones en cada área. Un disparo de Neymar desde fuera del área (m. 41) que blocó el meta atlético por alto y otro de Carrasco (m. 44) que despejó Ter Stegen. Y se llegó al descanso sin que se cumpliera el minuto 45. Faltaban más de 10 segundos.

Atascados

Se esperaba que el FC Barcelona, en la segunda mitad, saliera con más determinación, más garra, más profundidad, pero todo lo que se suponía que tenía que ofrecer el equipo de Luis Enrique lo puso el Atlético. El equipo de Simeone salió con intensidad, ganas... Como si el partido estuviera todavía 0-0.
El Barça, atascado, no supo dar réplica al juego del Atlético. Sin ritmo, sin precisión, sin velocidad, el Barça fue un equipo vulgar, incapaz de tejer juego y, menos, de crear una ocasión de gol.
La MSN no dio señales de vida en los primeros minutos, pero poco a poco, con posesiones cada vez más largas, fue acercándose a los dominios de Oblak. La ocasión más clara la tuvo Piqué (m. 59), pero el central, como si fuera un ariete, no pudo rematar el centro de Jordi Alba por sacarlo in extremis Gabi. Antes, el Atlético, por mediación de Saúl Ñíguez, estrelló un cabezazo en la parte superior del larguero (m. 53).

Ocasiones

El partido quedó en manos del Barça, que encerró al Atlético, a la espera de alguna contra. Y así fue como Griezmann, tras una larga carrera, exigió a Ter Stegen con un disparo raso que despejó el alemán. El Barça, entonces, por mediación de Iniesta (m. 63) y Suárez (m. 66) rondó el empate. Pero el disparo del manchego y el del uruguayo los detuvo Oblak.
Los cambios de Arda Turan por Rakitic y Sergi Roberto por Dani Alves dieron más control al FC Barcelona, que siguió insistiendo sobre el marco de Oblak. El Atlético, cada vez más cansado, se dedicó a perder tiempo de forma descarada, como en el cambio de Thomas por Carrasco. Pero el reloj seguía corriendo contra el Barça.
El vigente campeón, poco a poco, fue perdiendo gas hasta quedar contra las cuerdas. El Atlético, que tenía el partido donde quería, no dejó escapar la oportunidad de avanzar a las semifinales. Algún que otro escarceo del Barça pero poco más, como un disparo de Suárez flojo que blocó el meta.

2-0 y Penalti escamoteado

El Atlético, en una de sus contras, anotó el 2-0 de penalti, provocado por unas manos de Iniesta dentro del área. Griezmann no perdonó, pero Ter Stegen estuvo muy cerca de detenerlo. Y cuando todo estaba decidido, o por lo menos así lo parecía, llegó el escándalo. Rizzoli no pitó un claro penalti por manos de Gabi dentro del área... El capitán del Atlético interceptó el balón con el brazo competamente despegado del cuerpo. El árbitro pitó falta. La pitó Messi, alto.
El vigente campeón, de esta forma, dijo adiós a la Champions League. Sigue la maldición del campeón, que no puede repetir título desde que la competición cambió de nombre la temporada 1992-93.