jueves, 7 de abril de 2016

La perita en dulce,salio envenenada.

El Real Madrid sufrió una inesperada derrota en el campo del Wolfsburgo y tendrá que remontar un 2-0 en el partido de vuelta si no quiere quedarse fuera de la Champions League.

 

Al Madrid los duendes de la Champions le quitaron el confeti del clásico en dos manotazos. La Copa de Europa, cuando recupera su verdadero cuerpo en forma de eliminatoria, desgarra en cualquier momento por culpa de un árbitro atolondrado, alguna lesión inoportuna y la típica pájara letal por estas tierras. Todos esos pasos los atravesó el equipo de Zidane en una primera parte nefasta, clavada ya en el álbum negro de sus noches continentales.
Ni los más valientes seguidores del Wolfsburgo podían imaginar que a los 23 minutos el equipo alemán iría ganando 2-0. No podía ser que ese grupo que salió timorato, endeble atrás, sin presionar si quiera a los primeros pasos poderosos del Madrid, dibujara en un parpadeo la gran sorpresa del torneo.
 En la descomunal factoría de Volkswagen, situada a las traseras del estadio, sale de la cadena de montaje un coche nuevo cada 18 segundos. En lo que tardó el Madrid en perder el primer balón nacieron dos Golfs y un par de Touaregs.

El motor del Real Madrid se gripó en el peor momento de la temporada y se la tendrá que jugar el próximo martes en el Santiago Bernabéu para intentar una remontada que le permita lograr el pase a semifinales para seguir soñando con conquistar la Liga de Campeones, la única tabla de salvación que le queda.
El equipo de Zidane naufragó estrepitósamente en el Wolfburgo Arena después de firmar una primera parte para olvidar en la que se vio sin más argumentos que Bale para intentar frenar la debacle que se le venía encima después de encajar dos goles en apenas 25 minutos.
Al equipo madridista se le atragantó el plan de juego que había preparado el técnico del conjunto alemán, Dieter Knoche. Esta vez no le bastó con esperar atrás para intentar sorprender a la contra, como hizo en el clásico. El Wolfsburgo le cedió el balón, pero el Madrid no supo qué hacer con él ni tampoco llevar la iniciativa. Lo único que se le da bien es jugar al contragolpe.
La suerte no estuvo del lado madridista en el minuto 14, en la única ocasión en que logró pillar adelantada a la zaga local. Benzema desaprovechó un clarísimo mano a mano ante Benaglio y dio vida al equipo alemán, que dos minutos después se encontró de forma inesperada con un penalti a favor después de un claro derribo de Casemiro a Schürrle. La balanza de decantó del lado local en esa jugada, ya que Ricardo Rodríguez no falló desde los once metros ante Keylor Navas.
El Madrid sufrió una pájara como consecuencia de esa jugada y en los minutos que siguieron permitió que el Wolfsburgo le pusiera en serios problemas en varios contragolpes. Siete minutos después encajó el 2-0 después de una gran jugada de Henrique por la derecha que culminó Arnold a bocajarro solo dentro del área después de ganarle la partida a Sergio Ramos.
Al equipo de Zidane le costó recuperar el fuelle y no volvió a acercarse con peligro a la portería hasta la media hora. Benzema dispuso de una gran oportunidad de cabeza para recortar distancias tras un centro de Bale. El galés fue el único que no perdió el hilo y tuvo siempre en su punto de mira el área local. Cristiano apenas dio señales de vida y Benzema tuvo que abandonar el campo cinco minutos antes del descanso por culpa de una lesión.
El Wolfsburgo se dio por satisfecho con el 2-0 y cometió el error de echarse atrás descaradamente. Ni así consiguió el Madrid trenzar jugadas de ataque con sentido. Los blancos funcionaron a base de arreones y de acciones individuales, por lo que apenas dispusieron de ocasiones de gol claras.
Cristiano desaprovechó un gran centro de Bale nada más arrancar el segundo tiempo y en el 58' volvió a desesperarse al cabecear demasiado alto un centro desde la izquierda. El portugués volvió a ser el protagonista de un mano a mano con Benaglio (73'), pero no pudo superar al meta local.
El equipo alemán estaba empeñado en mantener su ventaja y apenas se acercó al área blanca. La ocasión más clara estuvo en las botas de Schürrle, que desperdició un rápido contragolpe llevado por Henrique y Draxler con un disparo que salió por encima del larguero.
El Madrid no encontró ningún plan para cambiar la dinámica del partido. Los minutos fueron pasando y ni siquiera la entrada de Isco y James le sirvió para encontrar el camino del gol salvador. El Wolfsburgo incluso dispuso de una última oportunidad para aumentar el marcador, pero Keylor Navas rechazó el disparo de Kruse en el 89'.




 

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