El Atlético de Madrid ganó la
Liga con justicia. Lo hizo empatando en el Camp Nou (1-1). Necesitaba un
punto y lo sumó con brillantez, con esfuerzo y seriedad. Fue el primero
en toda la historia en lograrlo. Lo consiguió ante más de 90.000
barcelonistas que les aplaudieron puestos en pie al final del partido.
El Barça no les ha logrado vencer en toda la temporada, salvo en la Supercopa y por el valor doble de un gol de Neymar. El cuadro de Cholo Simeone
fue superior como bloque a un Barça que careció, otra vez, de remate.
El Atleti empezó a ganar el partido desde atrás, con una defensa
espectacular en que destacaron la pareja Godín-Miranda, infranqueables.
El Barça marcó un golazo en genialidad de Alexis y ya está. En toda la segunda mitad tiró una vez entre los tres postes. Encima, volvió a fallar atrás en una jugada de estrategia. Fue el reflejo del irregular Barça al que el fútbol le dio una segunda oportunidad tras regalar la Liga ante el Getafe. La volvió a desaprovechar, lamentablemente.
El Atlético de Madrid se quedó, además, sin Diego Costa y Arda Turan, en la primera parte, por lesión. Pero tal como hizo en los cuartos de la Champions, sin ellos, fueron capaces de darle un repaso colectivo a un equipo barcelonista desconocido. Como dijo Andrés Iniesta, con este partido “se acaban muchas cosas”.
Para el Atleti, ahora, su reto es el doblete histórico de Liga y Champions. El segundo título, llegaría 40 años después de haber perdido en Bruselas la final de la Copa de Europa ante el Bayern.
Genialidad de Alexis
El Barça empezó a ser campeón en el minuto 33. Hasta entonces, el título y el partido estuvo en manos del Atlético de Madrid. Un equipo con Piqué atrás y sin Xavi, dominaba, pero no movía demasiado rápido el balón y carecía de verticalidad y remate. Fue en ese minuto cuando apareció la genialidad de Alexis Sánchez que hizo recordar a todo el mundo que en su Chile natal se le conocía por el ‘chico maravilla’. Su golazo cambió el partido. Fue otro tanto inesperado, de genio, como el día del Real Madrid. Su trallazo que entró por toda la escuadra de la meta de Courtois, cambió el desarrollo del partido.
Fue una jugada en tres toques: Cesc se la pasó a Messi, a Leo se le escapó el control con el pecho y el balón llegó como una ‘asistencia de oro’ a Alexis que, sin dudarlo, soltó un latigazo, un tiro tremendo. Sí, Alexis fue, otra vez, aquel “Jugadorazo” como se auto definió el Tocopilano. Era su gol número 19 en lo que va de Liga. Curiosamente, Alexis, un jugador que ayudó a Simeone a lograr la Liga en Argentina con River, empezaba a quitársela con el Barça, aunque sólo fuera por un rato.
El Atleti acusó el golpe. Era el tercero. El primero fue la lesión de Diego Costa. Quedó KO en un contrataque, se resintió de sus molestias musculares y queda en el aire su presencia en la final de Champions y quizá hasta en el mundial. El segundo, ver como quedaba fuera de combate Arda Turan tras una entrada de Cesc Fàbregas que no parecía tan dura. El turco estaba ‘tocado. Cholo Simeone trató de arreglar el desaguisado con el ‘11’ de la Champions que eliminó al Barça, con la entrada de Adrián y de Raúl García por los dos infortunados.
Acoso colchonero
El Atleti se rehizo. Buscó el empate con su fútbol directo, con balones por alto que dejaban en evidencia a un Pinto al que le costaba imponer su ley por arriba. Que tampoco gozaba del apoyo de sus compañeros, con los habituales errores del Barça en las jugadas de estrategia.
El Barça había rematado en cinco ocasiones, pero no había puesto en aprietos a Courtois. Por el contrario en esos minutos de descuento antes del descanso, el Atleti puso en apuros a los barcelonistas. De paso, Messi y Busquets vieron dos tarjetas amarillas por una ‘chorrada’, porque Mateu Lahoz quiso ser protagonista. Leo chutó un balón y fue amonestado. ‘Busi’ recibió otra por protestar y suerte que Carles Naval, el delegado, se llevó a Piqué que ya tenía una amarilla.
El 1-0 del descanso fue merecido para el Barça por su mayor dominio, aunque le costó muchísimo controlar el partido tras el gol de Alexis. No supo mantener el balón, su juego fue demasiado directo e impreciso. Cada error en el pase era una oportunidad para los colchoneros.
Palo del Guaje
La segunda parte empezó con emoción. David Villa volvió a tropezar con la madera como frente al Málaga. El Guaje remató fortísimo a la base del poste. No fue el gol del empate, de milagro. Pero no tardaron en lograr la igualada porque un corner sacado, casi a continuación, le sirvió para el 1-1. Fue un regalo de Pinto que no sujetó el balón con las manos. Gaby sacó desde la esquina y Godín se elevó en el aire, sin nadie que le molestara siquiera, no ya que le marcara. Teóricamente su pareja era Mascherano.El cabezazo de Godín fue inapelable, de arriba abajo, con fuerza y colocación (48’). Otra vez el Barça pagaba su escasa disposición en las jugadas de estrategia.
El Atleti era, de nuevo, el campeón porque con el empate le bastaba para lograrlo. Se hacía dueño y señor del partido, el balón pasaba a ser posesión suya. El ‘Pupas’ dejaba de serlo. Busquets se lesionaba él sólo y Tata Martino daba entrada en su puesto a Alex Song.
Neymar por Pedro
Tata Martino intentó enderezar el partido dando entrada a Neymar por un desdibujado Pedro. Otra vez parecía que todo lo iba a dejar en manos de la calidad individual, en la genialidad de alguno de sus hombres, que como equipo se veían dominados por un muy serio Atlético de Madrid. Si no lo arreglaba el talento de cada uno, no había nada que hacer.El Atleti trató de defender la igualada que ya le iba bien. Frenó al Barça con inteligentes ‘faltas tácticas’ que Mateu Lahoz permitió.
Messi logró marcar el 2-1, pero su remate, muy cerca de la línea de gol, fue anulado por Mateu Lahoz por fuera de juego aunque el balón llegaba rebotado de Juanfran. Esa jugada tuvo, al menos, la consecuencia de devolver la ilusión a todo el Camp Nou. La afición empujó al equipo que buscó la épica ante la ausencia de fútbol. Los rojiblancos se echaron atrás, les empezaron a flaquear las fuerzas. El Barça seguía sin rematar una sola vez a puerta en toda la segunda parte, por increíble que pareciera.
Entra Xavi
Tata Martino quiso aportar más control, toque y verticalidad. Dio entrada a Xavi por Cesc. El primer remate llegaba en un fuerte tiro de Alves desde la media distancia, que Courtois enviaba a corner. Era el minuto 80. Esos minutos finales ya fueron el juego de los errores. Era más importante evitar los fallos que otra cosa. El Barça aguantaba por el coraje de Mascherano atrás que lo cortaba todo y, encima, apoyaba al equipo. Su papel era doble porque, además, Piqué ya se había colocado arriba como delantero centro a la desesperada, al estilo de Talín Alexanko en épocas de Johan Cruyff.
Pero no hubo manera. El Barça no creó una sola oportunida de peligro. Sólo un tiro fuerte de Alves desde fuera del área que Courtois desvió a córner. Poco bagaje ofensivo para un equipo que jugaba en casa y necesitaba ganar para ser campeón. Y ya se sabe que las Ligas no se merecen, se ganan, como ha hecho el Atlético de Madrid. Los aplausos de todo el Camp Nou y los gritos de “¡Atleti, Atleti!” fueron el recnocimiento de la afición blaugrana a la superioridad del cuadro del Cholo Simeone, justo vencedor de la Liga. Era también el ánimo para que eviten la ‘décima’ del Real Madrid en Lisboa. Los barcelonistas son ahora, unos hinchas rojiblancos fervorosos.
El Barça marcó un golazo en genialidad de Alexis y ya está. En toda la segunda mitad tiró una vez entre los tres postes. Encima, volvió a fallar atrás en una jugada de estrategia. Fue el reflejo del irregular Barça al que el fútbol le dio una segunda oportunidad tras regalar la Liga ante el Getafe. La volvió a desaprovechar, lamentablemente.
El Atlético de Madrid se quedó, además, sin Diego Costa y Arda Turan, en la primera parte, por lesión. Pero tal como hizo en los cuartos de la Champions, sin ellos, fueron capaces de darle un repaso colectivo a un equipo barcelonista desconocido. Como dijo Andrés Iniesta, con este partido “se acaban muchas cosas”.
Para el Atleti, ahora, su reto es el doblete histórico de Liga y Champions. El segundo título, llegaría 40 años después de haber perdido en Bruselas la final de la Copa de Europa ante el Bayern.
Genialidad de Alexis
El Barça empezó a ser campeón en el minuto 33. Hasta entonces, el título y el partido estuvo en manos del Atlético de Madrid. Un equipo con Piqué atrás y sin Xavi, dominaba, pero no movía demasiado rápido el balón y carecía de verticalidad y remate. Fue en ese minuto cuando apareció la genialidad de Alexis Sánchez que hizo recordar a todo el mundo que en su Chile natal se le conocía por el ‘chico maravilla’. Su golazo cambió el partido. Fue otro tanto inesperado, de genio, como el día del Real Madrid. Su trallazo que entró por toda la escuadra de la meta de Courtois, cambió el desarrollo del partido.
Fue una jugada en tres toques: Cesc se la pasó a Messi, a Leo se le escapó el control con el pecho y el balón llegó como una ‘asistencia de oro’ a Alexis que, sin dudarlo, soltó un latigazo, un tiro tremendo. Sí, Alexis fue, otra vez, aquel “Jugadorazo” como se auto definió el Tocopilano. Era su gol número 19 en lo que va de Liga. Curiosamente, Alexis, un jugador que ayudó a Simeone a lograr la Liga en Argentina con River, empezaba a quitársela con el Barça, aunque sólo fuera por un rato.
El Atleti acusó el golpe. Era el tercero. El primero fue la lesión de Diego Costa. Quedó KO en un contrataque, se resintió de sus molestias musculares y queda en el aire su presencia en la final de Champions y quizá hasta en el mundial. El segundo, ver como quedaba fuera de combate Arda Turan tras una entrada de Cesc Fàbregas que no parecía tan dura. El turco estaba ‘tocado. Cholo Simeone trató de arreglar el desaguisado con el ‘11’ de la Champions que eliminó al Barça, con la entrada de Adrián y de Raúl García por los dos infortunados.
Acoso colchonero
El Atleti se rehizo. Buscó el empate con su fútbol directo, con balones por alto que dejaban en evidencia a un Pinto al que le costaba imponer su ley por arriba. Que tampoco gozaba del apoyo de sus compañeros, con los habituales errores del Barça en las jugadas de estrategia.
El Barça había rematado en cinco ocasiones, pero no había puesto en aprietos a Courtois. Por el contrario en esos minutos de descuento antes del descanso, el Atleti puso en apuros a los barcelonistas. De paso, Messi y Busquets vieron dos tarjetas amarillas por una ‘chorrada’, porque Mateu Lahoz quiso ser protagonista. Leo chutó un balón y fue amonestado. ‘Busi’ recibió otra por protestar y suerte que Carles Naval, el delegado, se llevó a Piqué que ya tenía una amarilla.
El 1-0 del descanso fue merecido para el Barça por su mayor dominio, aunque le costó muchísimo controlar el partido tras el gol de Alexis. No supo mantener el balón, su juego fue demasiado directo e impreciso. Cada error en el pase era una oportunidad para los colchoneros.
Palo del Guaje
La segunda parte empezó con emoción. David Villa volvió a tropezar con la madera como frente al Málaga. El Guaje remató fortísimo a la base del poste. No fue el gol del empate, de milagro. Pero no tardaron en lograr la igualada porque un corner sacado, casi a continuación, le sirvió para el 1-1. Fue un regalo de Pinto que no sujetó el balón con las manos. Gaby sacó desde la esquina y Godín se elevó en el aire, sin nadie que le molestara siquiera, no ya que le marcara. Teóricamente su pareja era Mascherano.El cabezazo de Godín fue inapelable, de arriba abajo, con fuerza y colocación (48’). Otra vez el Barça pagaba su escasa disposición en las jugadas de estrategia.
El Atleti era, de nuevo, el campeón porque con el empate le bastaba para lograrlo. Se hacía dueño y señor del partido, el balón pasaba a ser posesión suya. El ‘Pupas’ dejaba de serlo. Busquets se lesionaba él sólo y Tata Martino daba entrada en su puesto a Alex Song.
Neymar por Pedro
Tata Martino intentó enderezar el partido dando entrada a Neymar por un desdibujado Pedro. Otra vez parecía que todo lo iba a dejar en manos de la calidad individual, en la genialidad de alguno de sus hombres, que como equipo se veían dominados por un muy serio Atlético de Madrid. Si no lo arreglaba el talento de cada uno, no había nada que hacer.El Atleti trató de defender la igualada que ya le iba bien. Frenó al Barça con inteligentes ‘faltas tácticas’ que Mateu Lahoz permitió.
Messi logró marcar el 2-1, pero su remate, muy cerca de la línea de gol, fue anulado por Mateu Lahoz por fuera de juego aunque el balón llegaba rebotado de Juanfran. Esa jugada tuvo, al menos, la consecuencia de devolver la ilusión a todo el Camp Nou. La afición empujó al equipo que buscó la épica ante la ausencia de fútbol. Los rojiblancos se echaron atrás, les empezaron a flaquear las fuerzas. El Barça seguía sin rematar una sola vez a puerta en toda la segunda parte, por increíble que pareciera.
Entra Xavi
Tata Martino quiso aportar más control, toque y verticalidad. Dio entrada a Xavi por Cesc. El primer remate llegaba en un fuerte tiro de Alves desde la media distancia, que Courtois enviaba a corner. Era el minuto 80. Esos minutos finales ya fueron el juego de los errores. Era más importante evitar los fallos que otra cosa. El Barça aguantaba por el coraje de Mascherano atrás que lo cortaba todo y, encima, apoyaba al equipo. Su papel era doble porque, además, Piqué ya se había colocado arriba como delantero centro a la desesperada, al estilo de Talín Alexanko en épocas de Johan Cruyff.
Pero no hubo manera. El Barça no creó una sola oportunida de peligro. Sólo un tiro fuerte de Alves desde fuera del área que Courtois desvió a córner. Poco bagaje ofensivo para un equipo que jugaba en casa y necesitaba ganar para ser campeón. Y ya se sabe que las Ligas no se merecen, se ganan, como ha hecho el Atlético de Madrid. Los aplausos de todo el Camp Nou y los gritos de “¡Atleti, Atleti!” fueron el recnocimiento de la afición blaugrana a la superioridad del cuadro del Cholo Simeone, justo vencedor de la Liga. Era también el ánimo para que eviten la ‘décima’ del Real Madrid en Lisboa. Los barcelonistas son ahora, unos hinchas rojiblancos fervorosos.
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