

Se produjo el final soñado y el Barça, descansado física y mentalmente
tras dos semanas de parón, brindó a Guardiola y a su afición un partido
sencillamente antológico con una primera parte fastuosa en la que borró
del mapa a un Athletic superado por una versión total del Barça, que con
su dibujo clásico, con Montoya de titular, su media estelar y Pedro y
Alexis flanqueando a Messi, ya había creado dos ocasiones clarísimas
antes de que en un córner, Pedro aprovechara un mal despeje para hacer
el 1-0. Abrumado, el Athletic no pudo ni supo y se vio impotente ante el
festival de juego azulgrana que se basaba en una presión arriba que
asfixiaba a los vascos. La presión llevó al Barça a alcanzar un 2-0 en
un pase brutal de Iniesta a Messi, que marcó su gol 74 de la temporada y
ya dejó clara la superioridad azulgrana en el juego y en el marcador.
Falta la puntilla que logró Pedro, con un tiro lleno de intención; el
canario ha acabado la temporada pletórico, rápido y ambicioso dejando
claro que sus lesiones musculares son cosa del pasado. Con 3-0, el
Athletic se fue arriba y el Barça se relajó. Desde ese momento el Barça
jugó en busca de pérdidas del rival y el Athletic creó varias ocasiones
ante Pinto pero no pudo meterse de nuevo en la final. El 3-0 provocó una
explosión de júbilo, con Guardiola abrazado a Tito Vilanova y Xavi
recogiendo por "orden" de Puyol la Copa del Rey en el palco. Se pone un
punto y seguido y como ha quedado claro hoy, este equipo aún tiene
ambición y mucha cuerda cara al futuro inmediato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario