domingo, 9 de enero de 2011

Al Villarreal sólo le falta torpedear el Bernabéu

Camp Nou, Mestalla, San Mamés, Sánchez Pizjuán o Calderón, conquistas de un 'Submarino' encallado en Chamartín.

El ‘submarino’ visita el Bernabéu en un buen momento de forma y con la idea clara de arañar algún punto.

Partido grande esta tarde en el Santiago Bernabéu entre los dos equipos que escoltan al Barcelona en la clasificación. La contundencia blanca ante el fútbol dinámico del Villarreal. Un encuentro atractivo abierto a cualquier opción, en el que los blancos tienen que imponer su sobriedad como local ante un ‘submarino’ que se desliza sobre el césped con máxima precisión. El Villarreal pone en alerta a Mourinho, consciente de que es un partido de máximo riesgo y en el que ambos aparecen sin algunos de sus mejores hombres: Pepe, Higuaín y Arbeloa, por los locales, y Marchena, Senna y Nilmar, por los visitantes.

Ninguno llora a los ausentes porque tienen fondo de armario suficiente como para afrontar este partido sin perder la firma de su fútbol. El juego largo y veloz de los blancos ante la destreza y conexión de los amarillos. Dos estilos de juego diferentes pero cuyo centro de gravedad reside en el control del balón y su buen trato. La lucha por tenerlo marcará el devenir del encuentro, que tiene toda la pinta de que con el transcurrir de los minutos se convertirá en un partido largo, de ida y vuelta.

El Madrid llega de ese simulacro de partido copero ante el Levante, en el que cedió su segunda derrota esta temporada, con un equipo que nada tendrá que ver con el que utilice hoy Mourinho. El portugués recuperará a sus pesos pesados para intentar hundir la nave amarilla. El Villarreal llega con la autoestima reforzada tras remontar un 0-2 en el derby levantino, que confirma la excelente línea de juego y resultados que le aúpan en solitario a la tercer plaza de la tabla, con cinco puntos de diferencia sobre el cuarto.

Mourinho, perdido en esa batalla interna para que le fichen un nueve, ha preparado con detalle el choque, como hace con todos, para lo que mantiene a Benzemá y su dibujo (4-2-3-1), dejando a Kaká en el banquillo como revulsivo en caso de necesidad. El portugués trabaja contrarreloj para perfilar ese otro dibujo sin delantero centro, que altera sus ideas tácticas ante la negativa de Florentino de regalarle un nueve en invierno y la propia de ningunear oportunidades al canterano Morata. Albiol será el relevo del lesionado Pepe, y Lass conserva su plaza en el medio centro junto a Xabi Alonso. Los demás, los mismos.

Juan Carlos Garrido, por su parte, parece tenerlo más claro al repetir el once que fue capaz de desarmar al mejor Valencia y dejarlo en la cuneta de la Copa. Con humildad pero sin miedo por su buen momento de forma, el técnico apuesta por arañar algo de un Bernabéu inexpugnable desde que Mourinho se hizo cargo del equipo blanco. Ser el primero es un aliciente que le reafirmaría como la única alternativa a los dos grandes de esta Liga.

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