
Deberá aleccionar a sus jugadores en el hotel; en cuanto llegue al Allianz Arena no podrá hablar con los jugadores
Mientras el césped del Allianz Arena acapare la atención de los aficionados esta noche, los ojos de la UEFA estarán puestos sobre la tribuna del estadio bávaro, desde donde se espera que Pep Guardiola siga el partido. Después de la expulsión del técnico de Santpedor en el minuto 18 del partido de ida, al míster no le quedará más remedio que seguir lo que suceda sobre el terreno de juego, desde la barrera.
La UEFA es sumamente estricta en estos casos. El máximo organismo del fútbol europeo pretende que sus sanciones sean ejemplares, por lo que en caso de expulsión queda terminantemente prohibido comunicarse con el banquillo de cualquier modo durante el encuentro.
Guardiola no sólo no podrá estar sentado junto a sus ayudantes a pie de césped, sino que ni siquiera podrá ocupar una localidad de las primeras filas del estadio. La UEFA, a través de su delegado Graham Turner, le recomendó ocupar un sitio en la tribuna, junto a los directivos del FC Barcelona e incluso al lado de su mujer, quien también ha viajado a Múnich. Aún así, es posible que la UEFA decida sentar a su lado a un representante del organismo para controlar y evitar que Pep pueda ponerse en contacto con alguno de sus colaboradores.
Guardiola tendrá que aprovechar las horas previas al partido, en el hotel de concentración, para aleccionar a sus jugadores, puesto que en el momento que el equipo llegue al Allianz Arena Guardiola no podrá tener acceso a ellos, como si dejara de ejercer como responsable técnico del Barça durante un día.
A su llegada al estadio, será acompañado por un representante de la UEFA hasta el palco del estadio. Una vez allí, Pep no podrá bajar al vestuario para hablar con sus jugadores ni antes ni durante el partido. Sin embargo, si podrá hacerlo cuando el árbitro pite el final del encuentro. A pesar de poder bajar al vestuario, el segundo entrenador del Barça, Tito Vilanova será el encargado de ofrecer la rueda de prensa posterior ante los medios de comunicación.
La historia reciente del banquillo del Barça tiene un precedente de un caso idéntico, cuando Frank Rijkaard fue expulsado durante el partidofrente al Olympique de Lyon de la liguilla previa y que le obligó a seguir desde el palco del Camp Nou el partido frente al Stuttgart, con la clasificación ya en el bolsillo.
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