sábado, 14 de junio de 2008

HOLANDA 4 - FRANCIA 1 | ¡Qué espectáculo!

Holanda se clasifica para cuartos de final tras recitar otra oda al fútbol contra una Francia que puso toda la carne en el asador pero sucumbió ante el contragolpe holandés, golazos de Van Persie, Robben y Sneijder incluidos.
¡Qué espectáculo! ¡Qué partidazo hemos vivido en el Suisse Wankdorf de Berna! ¡Y qué lástima que sólo haya durado 90 minutos. Si nos pareció increíble el 3-0 ante Italia, ha dado un golpe de tuerca más arrasando a en un ejercicio magistral de contragolpe ejecutado a la perfección por su fantástica delantera. Y no es que los franceses hayan deambulado por el campo, también tuvieron ocasiones, clarísimas algunas, para empatar en primera instancia y no recibir finalmente tan severo correctivo.
Holanda empezó ganando a Francia con su victoria contra Italia. Los franceses estaban obligados a desperezarse, a salir a morder y llevarse la victoria como fuere, para no tener que jugarse todo a la carta contra los italianos, como finalmente será en la última jornada. Van Basten apostó por el mismo método y además se encontró con el gol cuando nadie lo esperaba, poniendo a los 9 minutos el partido cuesta arriba para Francia.
El luchador Kuyt remató un saque de esquina pese a la oposición de Malouda, sorprendiendo a Coupet y a toda la grada. Se abría la veda para que Holanda rematase al contragolpe ante un rival que se tendría que venir arriba.
Y Francia lo intentó pero Ribéry se encontró muy solo en el centro, lejos de Henry, de Malouda y de Govou, en sus respectivas bandas. Domenech dio con la tecla y tras el placentero dominio holandés, vino el asalto francés. Govou y Malouda se olvidaron de perforar por banda, viniéndose al centro, desestabilizando a la defensa holandes. Francia vio huecos y los aprovechó... pero no del todo. En frente se encontró a un inmenso Van der Sar, que sacó tres balones claros de gol consecutivos.
Poco a poco Makelele y Toulalan se imponían en el centro, y los atacantes franceses encontraban a bajo la batuta de Ribéry. En Holanda sólo aliviaba a su equipo guardando el de espaldas a la vieja defensa francesa. Parecía poco para Holanda, habían perdido el balón y el gol rondaba su portería de forma caprichosa, y el descanso le vino de perlas.
Después vino una jugada de crack por parte de . Quitó a uno de los mediocentros pero... para dar entrada a Robben. ¡Qué mejor defensa que un buen ataque! Otro jugador más por el que Francia debía preocuparse. Aliviar a la vez la presión sobre su defensa. Y le dio resultado.
Aunque antes tuvo lugar la segunda parte del asedio de Francia sobre Van der Sar. Fue un verdadero milagro que no marcara. Ooijer sacó dos balones bajo los palos, el segundo con la mano que no vio el árbitro, para desesperación de Henry. Ribéry y Govou no tuvieron mejor suerte. Francia, había perdonado.
Entonces empezó la lección de contraataque holandés. Quien perdona la paga. Y los holandeses cobran muy caro esos peajes. Una acción magistral de Van Nistelrooy, una ruleta marsellesa que dejó con un palmo de narices a tres franceses, habilitó a Robben para que corriese la banda izquierda hasta el área, centrando hasta la derecha, donde entraba Van Persie como una exhalación. Remató, mal por cierto, pero tocó Coupet para adentro. Un jarro de agua helada sobre Francia.
Los de Domenech acusaron el golpe y perdieron el ritmo anterior. El técnico francés dio entrada a Gomis, y luego Anelka, pero el equipo se acabó de desarmar, con un panorama terrorífico: Las balas holandesas, preparadas para lanzar contraataques mortales. Francia tiró de orgullo y logró por fin, batir a Van der Sar con un gran gol de Henry.
Sin embargo, sólo un minuto después, Robben cazó una contra y remató de forma espectacular. Escorado, frente a Thuram -muy lento, aguantó y chutó casi sin impulso, soltando un latigazo que le hizo la raya del pelo a Coupet. Golazo y sentencia. Demasiado para una Francia orgullosa pero agotada.
El gol de -imparable- sólo certificó la defunción de Francia y metió más miedo a todos los rivales que tengan que cruzarse en el camino de Holanda. La mejor selección de lo que llevamos de campeonato, calidad, determinación y fortuna se alían con ella. La apuesta por el ataque, por la velocidad, por dar ese gustazo a los aficionados, merece algo más que el titulo honorífico. Por contra Francia está condenada a partirse la cara contra en el que sólo puede haber un ganador, siempre que no diga lo contrario.

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