El jueves se metió en la final de Copa y anoche siguió con su traca en el Bernabéu. Semana grande la de las Fallas...Koeman ha vivido la semana más gloriosa desde que llegó a Valencia. Y ha sido en las fechas más señaladas para los valencianos, en plenas Fallas, cuando, por fín, su equipo ha sacado lo mejor de sí.Porque cuando en tres días logras dos hitos como lo ha hecho el Valencia ante el Barça y el Madrid, el sufrimiento y el dolor de lo pasado, disminuye hasta diluirse. Hoy nadie en Valencia discute a Koeman. Hoy nadie alza su voz contra el técnico holandés. Y es que el fútbol tiene esas cosas y un equipo que parecía deshauciado hace unas semanas es hoy estandarte de orgullo para sus seguidores. Koeman llegó al club con la espada en alto. Cortó cabezas y buscó complicidades que han tardado en llegar. Es como si ‘la Nit del Foc’ hubiera provocado la catarsis esperada y ahora, parece que ahora sí, el Valencia esté dispuesto a dar la talla.Como la volvió a dar anoche en el Bernabéu, hasta donde trasladó su particular fiesta y le pegó fuego al Madrid y a la Liga con una victoria de consecuencias imprevisibles. Claro que, también hay que decirlo, el Madrid no mereció perder por ocasiones pero se estrelló una y otra vez en un Hildebrand crecido, que se convirtió en la gran estrella levantina.Sobre todo en los últimos quince minutos, cuando con el empate a dos el Madrid se lanzó con todo sobre su portería. Antes, en el 65’, ya había detenido sobre la línea un cabezazo de Sergio Ramos. Pero su particular festival llegaría tras salvar con los pies un remate a tres metros de Sneijder, en el minuto 75.Cuatro después, detuvo dos tiros a bocajarro de Higuaín y en el descuento, ya con el marcador a favor, evitó el empate y lo que hubiera sido el hat-trick de Raúl, sacando una mano extraordinaria.Hildebrand acabó con la épica blanca en el tramo final del partido, cuando sus compañeros empezaron a acusar el esfuerzo del jueves y el Madrid buscó como recurso el coraje que tan bien le ha funcionado en otras ocasiones.Pero todo lo ocurrido con anterioridad, se había parecido demasiado al guión que tiene prefijado el Madrid. Poco fútbol, atasco en ideas e instalado, siempre, en las irregulares prestaciones de Guti y los detalles individuales de sus estrellas, entre quienes Raúl sigue destacando por sus méritos.Así, el capitán igualó el gol inicial de Villa, un minuto después, y avanzó a su equipo en el 56’, con un tanto de habilidad y picardía tras un excelente servicio de Guti.Parecía entonces que el Madrid tenía el partido encarrilado y llegaron sus mejores minutos. Pero un incomprensible penalty de Cannavaro sobre Silva hizo dar la vuelta a la tortilla. Villa empató desde los once metros y el partido se rompió por completo.Y del correcalles final, quien se llevó tajada fue el cuadro visitante. Con el Madrid abocado sobre la puerta de Hildebrand, buscando la victoria que el meta alemán y el palo (Higuaín en el 86’) le estaban negando, llegó la puntilla valencianista.Enorme acción de contragolpe de Arizmendi por la banda derecha, que deja sentado a Cannavaro y engaña a Casillas colándole el balón por el palo corto. Extasis valencianista en un Bernabéu en llamas, que acabó recriminando a los suyos. No era para menos. Parece que esta Liga no la quiere nadie. ¿Tal vez el Villarreal?
Koeman,el otro "ninot"indultado de valencia
Ronald Koeman tardará en olvidar lo sucedido entre el jueves y el domingo de esta pasada semana. Su cabeza pendía de un hilo y desde el club ya se había dictado sentencia. Si no superaba los retos de la Copa y la visita al Bernabéu le alejaba aún más de Europa, se hablaba de un relevo inminente en el banquillo valencianista.Pero el fútbol tiene estas cosas y sus jugadores, tras muchos reveses, han empezado a jugar como equipo en el momento más importante y decisivo para el técnico holandés. Y le han salvado. Como el ‘Ninot indultado’ en las Fallas, Koeman ha logrado el crédito suficiente para seguir, tras eliminar al Barça en semifinales de Copa, y cerrando una gran semana con la victoria lograda anoche en el Bernabéu, que le sitúa a seis puntos de las plazas europeas.
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