
Antes de que comenzara el torneo, el día de hoy estaba marcado en el calendario. Jugaban Francia e Italia, en la última jornada de la fase de grupos. Era la reedición de la final del Mundial de Alemania, que acabó con el cabezazo de Zidane en su despedida y la victoria italiana. Pero lo mejor vino con los encuentros con Holanda y Rumanía, que dejaron en el encuentro de Zúrich como partido clave, y el que a la postre sería el último en la Eurocopa para uno de ellos.
El partido empezó de cara para los de Donadoni. Ya cuando sonaban los himnos nacionales, los tifossi se hicieron sonar más que los galos. Y para más inri, a los 8 minutos Ribéry se marchaba del campo lesionado tras un choque desafortunado con Zambrotta. Francia perdía a su hombre más importante y, quizá, más desequilibrante.
Además, la lesión del jugador del Bayern Munich fue un duro golpe anímico para los galos, mientras que Italia se animaba y se despertaba en ataque. Hasta que a los 23 minutos Abidal derriba a Toni dentro del área, a lo que Lubos Michel señala penalti y expulsión del francés. El encargado en disparar fue Pirlo, quien no falló la pena máxima.
El partido se le ponía de cara para Italia: jugaba contra diez y dominaba en el marcador. Incluso Toni estuvo a de marcar el segundo gol con un remate de cabeza que por muy poco se marchó a fuera. Por parte gala, un disparo cruzado de Henry fue lo más peligroso de un conjunto que seguía 'tocado' por la pérdida de Ribéry.
La llegada al descanso sirvió para que lo de Domenech recargaran pilas y buscaran la remontada. Se plantaron bien en el campo y empezaban a acercarse con cierto peligro a la portería de Buffon. Sin embargo, la férrea defensa italiana, que hizo aguas frente Holanda, frenaba los ataques franceses. Italia decidió entregar el balón a Francia, algo arriesgado si se tenía en cuenta que sólo ganaba por un gol de diferencia, y que cualquier ataque galo podría acabar con la pelota cruzando la línea de gol. Además, Donadoni sentó a Pirlo, el hombre más creativo del centro del campo azzurro y que, como Gattuso, vió la tarjeta amarilla, por lo que ambos se perderán el encuentro contra España en los cuartos de final.
Sin embargo, la suerte que siempre ha tenido el conjunto transalpino en las grandes competiciones, la suerte de Italia, volvió a aparecer en el minuto 60. En una falta lejana lanzada por De Rossi el balón pegó en la barrera, lo que desvió la trayectoria, y se convirtió en el definitivo 0-2.
Era el golpe definitivo. Italia se aseguraba la clasificación, siempre y cuando Holanda ganara a Rumanía, algo que en ese momento sucedía. Francia se hundió aún más, dejando que los jugadores italianos durmieran el balón y que incluso los aficionados cantaran el 'olé, olé' con cada pase de los suyos. Benzema era quien más ganas le ponía, y quien a punto estuvo de marcar un fantástico gol con un disparo desde fuera del área que obligó lucirse a Buffon.
Sin embargo, el partido ya estaba roto. El cansancio iba haciendo mella entre los franceses, que se veían superados por los hombres de Donadoni. Italia no quiso aprovecharse de la situación de hacer más grande la herida gala, incapaz de crear una jugada de ataque en los últimos compases del encuentro.
Sin duda, la lesión de Ribéry y la expulsión de Abidal marcaron el partido. Francia no se recuperó psicológicamente de la falta del jugador del Bayern Munich y el hecho de jugar con diez casi todo el encuentro les afectó físicamente. Por otro lado, con la victoria italiana y la de Holanda en Berna frente Rumanía España ya conoce a su rival en los cuartos de final, la siempre temible Italia.
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