El FC Barcelona resolvió el derbi contra el RCD Espanyol con una 'manita' y dependerá de sí mismo en la última jornada, en Granada, para reeditar el título
Ni 'Tamudazo' ni 'Caicedazo'... 'Tridentazo' y ''Manita'. Los que auguraban una debacle blaugrana al estilo de hace nueve años, en plena descomposición del Barça de Ronaldinho, se quedaron con las ganas. El FC Barcelona no falló y se planta en la última jornada dependiendo de sí mismo para reeditar el título de Liga.
La resistencia del Espanyol se acabó cuando Leo Messi decidió rendir su particular homenaje a Manel Vich. "Bona nit a tothom, i benvinguts al Estadi": Golazo por toda la escuadra y a pensar en el Granada, que recibirá al FC Barcelona ya salvado.
Por mucho que el FC Barcelona haya llegado a este final de temporada escaso de gasolina y con poca chispa, los pupilos de Luis Enrique enviaron un mensaje muy claro: se acabaron los regalos; esta Liga no se escapa.
El FC Barcelona empezó titubeante, ante un RCD Espanyol que salió a marcar territorio, con una durísima entrada de Hernán Pérez sobre Javier Mascherano que Gil Manzano no consideró ni cartulina amarilla.
Los titubeos duraron exactamente ocho minutos. Los que necesitó Messi para transformar con su maestría habitual la primera falta al borde del área del encuentro. Pau López voló todo lo que pudo para repeler el cuero, pero no pudo evitar que éste se alojara en su portería.
El meta del Espanyol había calentado el derbi proclamando que el título fuera a manos de Real Madrid o Atlético y acabó goleado y comiéndose un gol, el de Rafinha, para regocijo de la afición culé. Mala tarde para Pau.
El tanto espoleó a un Barça que pudo dejar el derbi sentenciado en los minutos siguientes... si Gil Manzano no se hubiera empeñado en darle emoción al asunto.
El colegiado extremeño anuló un gol absolutamente legal a Rakitic por un fuera de juego inexistente que rompía Víctor Álvarez, tendido en el suelo tras abortar el primer disparo de Messi. Y después se tragó un penalti clamoroso sobre el propio Messi, por una zancadilla indiscutible de Rubén Duarte, que elevó la pierna hasta derribar al argentino. La acción fue ante los mismísimos morros de Gil Manzano, que miró para otra parte.
Con todo, el Barça no elevó el discreto nivel de los últimos encuentros y eso dio alas a un Espanyol que puso a prueba tímidamente a Ter Stegen con un disparo flojo de Caicedo y una salida titubeante del meta alemán que tuvo que acabar resolviendo Gerard Piqué.
Paralelamente, la defensa blanquiazul decidió sacar las uñas para mantener a raya al ataque blaugrana y las cartulinas amarillas empezaron a caer.
El descanso sirvió para serenar los ánimos y para que Luis Suárez, casi inédito durante el primer tiempo, apareciera. El delantero uruguayo dejó cerrado el derbi con dos goles en nueve minutos. El primero, tras una asistencia 'made in Messi' y el segundo, al cabecear un córner botado por Rakitic. Suárez aprovechó para pasarle factura a Pau López, con el que había tenido un rifi-rafe en la primera parte.
Luis Enrique aprovechó la placidez del encuentro para reservar fuerzas. Salieron Mathieu, que reaparecía después de 37 días, Arda Turan y Rafinha. El hispano-brasileño y Neymar culminaron la 'manita' en un derbi que no tuvo historia. Este Espanyol no estaba para muchos 'Tamudazos' y no pudo evitar que el Barça esté más cerca del título.